Laudato sì – Un año después
Ningún documento de la Iglesia de las últimas décadas ha sido tan bien recibido como la encíclica del Papa Francisco «Laudato Sí – Sobre el cuidado de nuestro Hogar Común». Su notable síntesis de evidencia científica, análisis social, reflexión teológica y visión espiritual, ha inspirado a innumerables personas, especialmente aquellas que están más allá de los límites de la Iglesia Católica. En respuesta, grupos cristianos, organizaciones de la sociedad civil, la comunidad científica y diversos animadores económicos y políticos, han iniciado una serie de iniciativas profundas. Aunque la lista es larga y las variedades de respuestas son realmente alentadoras en algunas regiones del mundo, su impacto aún no se ha sentido visiblemente en el continente africano.
Grupos de católicos en los Estados Unidos iniciaron el Movimiento Católico Global del Clima que utiliza técnicas modernas de comunicación para dar a conocer en las iglesias las ideas de Laudato Si’. El sitio web ofrece una gran variedad de materiales para niños, jóvenes, parroquias y diversos grupos. Algunos como material impreso, otros como podcasts. Las personas interesadas también pueden seguir seminarios en esta línea donde los expertos explican las diferentes facetas de la encíclica con un lenguaje sencillo.
El 1 de septiembre de 1989 las Iglesias Ortodoxas introdujeron por primera vez la Jornada Mundial de Oración por la Creación. El Consejo Mundial de Iglesias recogió la idea y propuso a sus miembros no sólo un día sino todo un periodo, llamado Temporada de la Creación, que duraba desde el 1 de septiembre hasta el 4 de octubre, fiesta de San Francisco. El Papa Francisco invitó a la Iglesia Católica a unirse y enriquecer las celebraciones con la enseñanza bíblica, teológica y espiritual de Laudato
Sì. Durante la Temporada de la Creación, las comunidades parroquiales cristianas, organizaron celebraciones litúrgicas para crear más conciencia de lo sagrado de la creación, como acciones públicas contra la destrucción del medio ambiente. Algunos también han combinado la Temporada de la Creación con la celebración de la acción de gracias de la cosecha. El sitio web ofrece materiales ricos tomados de todas las grandes tradiciones cristianas. También lo hacen las agencias de desarrollo cristianas como Misereor, CAFOD, SIAF, CIDSE o Trócaire. Otras iniciativas ecuménicas anteriores, como la alianza climática, continúan con sus programas y acciones.
Diócesis, Parroquias y Comunidades Religiosas han organizado conferencias, retiros y veladas informativas. Por ejemplo, las Congregaciones e Institutos Misioneros en Austria utilizaron su sesión de estudio anual para familiarizarse con los temas de Laudato Sì. Sus excelentes contribuciones están disponibles como archivos de texto o podcasts. Los Espiritanos a través de su Universidad Duquesne en Pittsburgh organizaron una sesión de formación para sus propios miembros, asociados y colaboradores, exponiendo contribuciones científicas y perspectivas religiosas para la protección de nuestro hogar común.
Sin embargo, aún queda mucho por hacer para aprovechar plenamente los vastos beneficios de este documento papal por excelencia. Lo que se observa, en las iniciativas enumeradas anteriormente y en otras, es que todas ellas se están produciendo en los países de Europa y América. La AEFJN se pregunta qué pasará con los materiales de la Iglesia en África que aún no han tenido iniciativas significativas inspiradas en Laudato Sì. Estamos seguros de que el núcleo de Laudato Sì también aborda las causas profundas del empobrecimiento en África. Sin embargo, la Iglesia africana parece indiferente a la maravillosa oportunidad creada por Laudato Sì, lo que plantea una gran preocupación. Deben darse cuenta de que hasta que anuncien al mundo que existen, nadie tomará en serio su existencia. Les pedimos que se levanten aprovechando esta noble oportunidad.
El acuerdo de París, que todas las naciones votaron en noviembre de 2015, durante la Cumbre Mundial sobre el Clima en París, debe convertirse en ley internacional, por lo menos 55 países, que son responsables del 55% de las emisiones de CO2, tienen que ratificarlo. Algunos principales contaminadores como Estados Unidos, China, la India y la UE han ratificado el tratado.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible – SDGs, que el 29 de septiembre de 2015, votó la Plenaria de la ONU, ahora todos los estados miembros deben traducirlos en políticas nacionales. Varios países han comenzado a formular sus propios objetivos para realizar los SDG. El Papa desempeñó un papel importante en ambos acontecimientos.
Incluso más que en las iglesias, Laudato Sì ha encontrado un interés inesperado en la comunidad científica. Varias revistas respetadas publicaron artículos de renombrados científicos sobre la Encíclica.
Algunos principales inversores y compañías de seguros han comenzado a retirar su capital de los combustibles fósiles como el carbón y el petróleo y a invertir su dinero en energías renovables. La idea de que los combustibles fósiles no tienen un futuro a largo plazo parece estar ganando terreno.
Los científicos, los técnicos y la industria están desarrollando productos nuevos y más eficientes desde el punto de vista energético y buscan el modo de reciclar los residuos.
Sin embargo, todavía estamos lejos de una economía verdaderamente sostenible. Y esto no puede lograrse si no cambiamos radicalmente nuestros patrones de producción, consumo y reorganizamos la vida urbana. Algunas ciudades como Copenhague y Frankfurt son pioneras en la creación de ciudades sostenibles. Muchos jóvenes eligieron conscientemente vivir un estilo de vida sencillo. Decidieron comer poco o nada de carne y utilizar medios públicos de transporte o bicicletas en lugar de automóviles. Si necesitan un coche, lo contratan sólo por el tiempo que lo utilizan. Son necesarios muchos cambios así de radicales. Como el Papa Francisco lo expresa sucintamente: «En este sentido se puede decir que, mientras la humanidad del período postindustrial quizá sea recordada
como una de las más irresponsables de la historia, es de esperar que la humanidad de comienzos del siglo XXI pueda ser recordada por haber asumido con generosidad sus graves responsabilidades.” (Laudato Si 165).
Ahora es el momento. La posibilidad, tan necesaria, de crear un mundo nuevo y sostenible surgirá de la determinación colectiva de la humanidad y de una concordancia de esfuerzos. Es responsabilidad de todos. Un año después de que apareciera la Laudato Sì, su mensaje sigue siendo muy válido, su círculo de respuesta positiva se está ampliando, pero se necesita una acción universal completa.
Fr. Wolfgang Schonecke
NAD Netzwerk Afrika Deutschland
Chika Onyejiuwa CSSp
Secretario Ejecutivo