Impunidad de las multinacionales: las víctimas de ProSavana en Mozambique representadas en la ONU

En Mozambique, las empresas de agro-negocios, que participan en el proyecto ProSavana anteponen sus intereses al de las comunidades. Erika Mendes, responsable de la defensa de Justiça Ambiental, organización asociada CCFD-Terre Solidaire, estará presente en Ginebra, del 23 al 27 de octubre de 2017, para defender un pacto de la ONU contra la impunidad de las compañías multinacionales. Nos da su testimonio:


El proyecto ProSavana fue lanzado en 2009 por los gobiernos de Mozambique, Brasil y Japón. Se ha presentado como una forma de modernizar la agricultura en Mozambique. Sin embargo, unos años más tarde, las violaciones de los derechos humanos son numerosas.

Expropiaciones y contaminación

Financiado por Brasil y Japón, este proyecto se desplegará a lo largo del «Corredor Nacala» en el centro y norte del país. En esta región viven muchas comunidades campesinas, 4 millones de familias, que practican la agricultura familiar. La llegada de inversores que desean desarrollar la agricultura industrial despierta muchos temores. Los agricultores temen ser expropiados a favor del cultivo de parcelas dedicadas al monocultivo. Para la mayoría de ellos, la expropiación los privaría de sus medios de subsistencia.

El proceso ya comenzó en la provincia de Nampula. El uso intensivo de pesticidas y fertilizantes químicos ha conducido al mismo tiempo a la contaminación de los recursos hídricos y a la degradación de los suelos.

Confusión y falta de consulta

Ante este problema, nos enfrentamos al secretismo. Los gobiernos, el Ministerio de Agricultura de Mozambique a la cabeza, no brindan información sobre el futuro de las comunidades ni sobre cómo se desarrollará la producción.

No hubo consulta con los campesinos. Las empresas no dudan en desacreditar a las ONGs que trabajan a su favor.

En agosto pasado, presentamos el caso de este proyecto ProSavana ante el Tribunal Permanente de los Pueblos celebrado en Sudáfrica.

El objetivo fue:


• Destacar las violaciones de los derechos humanos.

  • Llamar la atención sobre el comportamiento de las empresas de agro-negocios involucradas en ProSavana, que anteponen sus intereses al de las comunidades.

    Sensibilizar a los medios y tomar medidas concertadas.

Como el Tribunal no tuvo la oportunidad de condenar a los culpables, esta presentación nos permitió, sobre todo, sensibilizar a los medios y estudiar con otras organizaciones la forma de continuar nuestra acción.

En los últimos años, nos hemos acercado a las organizaciones de la sociedad civil de Japón y Brasil. Juntos intercambiamos nuestra información y estudiamos cómo crear alternativas.

Por ejemplo, alentamos a los agricultores a presentar una queja ante un comité independiente que evalúa las solicitudes ante la Agencia de Cooperación de Japón. Además de estas acciones concertadas con organizaciones asociadas, el Fiscal General de Brasil inició una investigación. Tiene como objetivo la violación de los derechos de las comunidades, por parte de entidades nacionales que actúan fuera de las fronteras y que no respetan la convención de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) firmada en el país.

¿Por qué un tratado internacional contra las acciones de las multinacionales?

Un tratado internacional vinculante permitirá:

  • tener empresas condenatorias

  • ¡Y reconocer los derechos de las víctimas!

Finalmente sería como una luz al final del túnel con la posibilidad de perseguir a los causantes de estas violaciones confiando en la ley.

También sería una señal para mostrar a las multinacionales que no pueden saltarse la ley. Estamos satisfechos porque en el proyecto de texto, presentado en Ginebra, los redactores hicieron una buena referencia a la responsabilidad de las empresas centrales por sus acciones subsidiarias.

Estaré en Ginebra del 24 al 27 de octubre de 2017, tal como estuve el año pasado. Espero volver a casa con algún progreso, incluso con medidas concretas. ¡Es hora de que las multinacionales informen!

Entrevista realizada por Laurence Estival

Traducido para AEFJN Madrid de farmlanbgrab

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