Historia de Samuel: entorno a “la maldición de los recursos naturales en África”.

¿Cómo puede entenderse que las economías que están dotadas de una mayor riqueza natural son las que peor desarrollo económico exhiben, mientras que aquellas que cuentan con recursos mucho más escasos han logrado crecer a ritmos acelerados?.

  1. Stiglitz

Samuel es un joven senegalés que por su edad no ha conocido la colonia francesa pero sí ha vivido lo que ha quedado de ella. En Koudiadiene (Thies), su aldea natal, y las poblaciones cercanas, la presencia de la mina de fosfatos es algo con lo que la población ha vivido desde hace ya más de 70 años. Las distintas operaciones financieras y cambios de accionariado de la explotación no han modificado significativamente la invisibilidad de las gentes que cohabitan con el fosfato, el polvo y las distintas empresas que han pasado por la zona.

La escuela primaria de Lam lam, una de las poblaciones próximas a la explotación, se encuentra pared con pared con la mina. De hecho era el centro de formación de los trabajadores en la época de máximo esplendor de la mina que luego se adaptó a escuela. Durante sus años de colegio, relata Samuel, caminaba a diario para sus clases y convivía con la actividad de la planta calcinadora de los fosfatos que se veía desde la ventana de su clase. A pesar de que esta planta hoy tiene reducida su actividad a escasamente uno o dos meses al año, cuenta una mamá, que los niños todavía vuelven de clase llenos del polvo arrastrado por los vientos. Siendo difícil discernir su proveniencia, no se escapa a los lugareños la aportación que al ambiente polvoriento pueden tener los cribados al aire libre, las parvas en las que el fosfato se deja secar y el paso de camiones de transporte por la pista colindante con la escuela por la que caminan los niños de vuelta a casa.

El papá de Samuel tiene la suerte de trabajar en el dispensario privado de una congregación religiosa en Koudiadiene que atiende la mayor parte de las enfermedades de la zona. Lamentablemente las carencias de materiales y gestión en la red salud pública en la región hacen que la gente termine acudiendo donde las hermanas que seguro les atenderán. Nos cuenta que el incremento de enfermedades de la piel, respiratorias y oculares, que ellos achacan al polvo proveniente de la mina, es muy significativo. La prevalencia de estas tipologías de enfermedades es confirmada por el servicio de salud de una de las empresas que trabaja en la zona y que reciben en su mayoría casos de la población.


Las mismas hermanas, que temen ser grabadas por los constantes conflictos políticos que tienen con el sistema de salud pública, denuncian las dificultades que se han observado en los últimos años en la producción agraria en general y en concreto de los mangos… “Es una fruta esencial en la alimentación de los niños. Es su mayor aporte de vitaminas y en sus hábitos de nutrición los niños están todo el día comiendo fruta. Por eso aquí no hay hambre. Pero si se rompe la sobreabundancia de mango supone una grave carencia para su alimentación”. Del mismo modo que la hermana, una mujer representante de la asociación de mujeres denuncia la ausencia de ayudas para el cultivo de tomates, mandioca o mijo, ahora más difíciles, o las dificultades para el crecimiento de los ronier (palmera de la zona). Un anciano nos relata la importancia de esta palmera en la economía local. Desde su uso en construcción para cercos y techos o el vino proveniente de su sangrado, hasta las fibras que se obtienen de sus hojas para la principal actividad de la artesanía local: el tejido de paneras y bandejas de ronier. Denuncia amargamente que las compensaciones que el estado establece para cada ronier arrancado por la actividad de la mina, son hasta 30 veces inferiores al beneficio real que se obtiene de una de estas plantas.

En esta realidad invisible, un joven como Samuel, se pregunta “qué parte del pastel” le corresponde a su gente, despojada de sus tierras y con sus medios de vida deteriorados. Al hablar con Samuel, tras su plácida sonrisa se descubre un joven orgulloso de su raíz Serer Noon que disfruta cuando se le pregunta por sus costumbres o por el significado de alguna de las canciones que canta el coro en su lengua originaria, del que es director. Esa dignidad e identidad propias quedan reflejadas en firmeza con la que toma la palabra y presenta las necesidades de su gente tanto en la asamblea popular como en la comisión que se reúne con una de las empresas mineras. Su caso es una de las cinco excepciones que hoy continúan los estudios de entre los 70 compañeros que terminaron la secundaria en su pueblo.

En este contexto, la Red de Entidades para el Desarrollo Solidario – REDES formada por 60 organizaciones católicas de cooperación tiene como una de sus líneas prioritarias de incidencia social y política la relación entre el respeto a los derechos humanos y las actividades de extracción de recursos naturales. La agrupación ha venido participando junto con otras entidades del tercer sector en la elaboración del Plan Nacional de Derechos Humanos y Empresas que culminó en julio de 2014 y fue enviado para su aprobación en Consejo de Ministros un año después y que lamentablemente terminó archivado.

Hoy, adicionalmente a las líneas de trabajo propias de REDES, como parte de la alianza Enlázate por la Justicia continuamos en nuestro empeño de poner en el centro de las políticas públicas la relación ineludible entre pobreza y no acceso a Derechos Humanos, desarrollo y medio ambiente. En este sentido, y en cumplimiento de las recomendaciones de la resolución 17/4 de Naciones Unidas sobre los Principios Rectores de empresas y Derechos Humanos consideramos esencial garantizar que las empresas españolas, sus filiales, proveedores, subcontratistas y cadenas de suministros respeten siempre y en todo lugar los Derechos Humanos y reparen los daños causados por la contravención de estos Derechos.

En este momento, la aprobación de este Plan Nacional de Empresas y Derechos Humanos se encuentra a la espera del correspondiente debate parlamentario dentro de una Proposición No de Ley junto con el Plan Nacional de Derechos Humanos. Lamentablemente, tememos que la demora en el debate retrase indefinidamente la aprobación de un texto con graves deficiencias que ya en su día fueron observadas al Consejo de Ministros.

Una de esas calurosas tardes de nuestra estancia en la aldea de Koudiadiene, en la hora en la que el mosquito ya amenazaba nuestra sangre europea, el joven Samuel, nos compartía en alto sus reflexiones: ¿qué es lo que nuestra gente puede esperar de la riqueza de nuestra tierra?, ¿no merecemos una legislación y unas autoridades locales, regionales y nacionales que miren por el bien del pueblo?, ¿qué tipo de desarrollo nos ofrecen quienes dependen de nuestro fosfato para sostener su agricultura y la alimentación de sus países?.

En este 25 de mayo de 2017, día de África, la Red de Entidades para el Desarrollo Solidario – REDES, queremos renovar nuestro compromiso con nuestros hermanos africanos, y de manera concreta a través nuestro humilde aporte para el desarrollo, disfrute y garantía de los Derechos Humanos en el ámbito de la acción de las empresas.

 

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