Desmontando mentiras 

  Decisiones políticas:

Ya hace muchos años que escuché explicar lo que ocurrió en Colombia cuando permitieron la entrada de trigo subvencionado de los EE.UU. Muchas personas dejaron de poder comprar pan porque de tan barato que se vendía, ellas se habían arruinado y no podían comprar ni pan ni nada. Su oficio estaba totalmente en quiebra, eran campesinas y campesinos que hasta entonces producían trigo. No tenían malos cultivos y sabían mucho de producir trigo, fueron decisiones políticas las que destruyeron su medio de vida.

Exactamente igual, desde los años 80, también en África, la llegada de productos agrarios de países industrializados a países de fuerte carácter rural ha sido una de las razones fundamentales del empobrecimiento –y sus derivadas, como el hambre y la migración–

Como en otras partes del mundo, los organismos multinacionales impusieron el “libre” comercio. Ustedes –les dijeron– dejen de producir sus alimentos básicos que ya les llegarán de los países ricos, que fertilizan sus cultivos con subvenciones, y dediquen sus mejores tierras a producir y exportar materia prima para la agroindustria mundial… y no sabrán que hacer de tantos beneficios recogidos.   Y pasó que donde se cosechaba comida se empezó a cosechar café, cacao, aceite de palma, algodón… En pocos años un paisaje de mosaico agrario quedó redibujado en el monótono unicolor de estas grandes plantaciones. La autosuficiencia mutó a una dependencia externa muy alta, y los ingresos prometidos por sus exportaciones se quedaron en los bolsillos de jerarquías locales y las grandes corporaciones internacionales.

El clima también es “político”

El hambre en África, no es un problema de sequías o malas cosechas, como nos quieren hacer creer; fundamentalmente deriva de procesos de colonización y expolio. Actualmente podemos añadir la crisis climática como un factor clave que suma y agranda las dificultades de este continente…Los cálculos hablan de pérdidas en los próximos años entre un 10 y 20% de la producción de alimentos total en África, de tal manera que para el año 2050, -opina la ONU-

solo podrá proveer un 13% de sus necesidades alimentarias.

Mientras el sistema alimentario industrial, explica está asociado con, por lo menos, la mitad de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero, y es la causa principal del colapso de las especies, deforestación y destrucción del hábitat a nivel mundial, que tanto afecta y afectará a África, éste es, paradójica e injustamente, el territorio que menos contribuye en las emisiones globales, con un 4% del total.

Que el sistema alimentario industrial es un sistema fallido ya es una certeza. Por eso estamos viendo cómo cada vez más aparecen programas en los países industrializados para volver a defender las agriculturas locales y a su campesinado.

Sin embargo, en el continente africano, el que más lo necesita para combatir el hambre y reactivar sus economías, se quiere promover de nuevo,  por parte de los organismos internacionales,  la llamada  “Agricultura Climáticamente Inteligente”, nombres ficticios para caducas prácticas basadas en el modelo industrial dependiente de fertilizantes y semillas corporativas.

 La pobreza y el clima son políticos  y  es también con decisiones políticas como  los países industrializados tienen que corregir sus interferencias en la agricultura y el clima africano.

(adaptado de  Gustavo Duch, de Soberanía Alimentaria)

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