Buscar lo qué es justo, en la conservación del África subsahariana.
¿Todas las personas en Nosy Be Madagascar pueden beneficiarse por igual de los ingresos del ecoturismo y de las oportunidades de capacitación?
Las personas que se preocupan por conservar la naturaleza están comenzando a pensar más en el modo cómo las comunidades se adaptan a los esfuerzos de conservación.
Desde los primeros tiempos coloniales, el enfoque de la conservación de la naturaleza en África ha sido principalmente para marcar áreas de acción, pero excluyendo a las personas. Los guardabosques armados han mantenido a las comunidades circundantes fuera de estas áreas protegidas. Cuando la gente local no participa en las actividades de conservación, puede que no se beneficie o entienda su finalidad y, por lo tanto, no tenga interés en apoyarlas. Por ejemplo, desde que se estableció el Parque Nacional Canaima en Venezuela, la gente del “Pemon Indígena” ha estado en conflicto con las autoridades ambientales. El parque se estableció en territorio ancestral sin consentimiento local.
Más recientemente, los conservacionistas han empezado a pensar que si su planificación tuviera más en cuenta los derechos y necesidades de las personas, podría ser más eficaz. En la última década, ya han comenzado a prestar más atención al equilibrio entre los medios de vida, la conservación y la «justicia social«. Esto incluye preguntarse: quién toma las decisiones de conservación, cómo las personas se benefician o contribuyen a la conservación de la naturaleza y qué es lo que se considera valioso.
Pero, ¿la justicia social realmente significa lo mismo en todo cuanto se refiere a la conservación?
Esta pregunta motivó, a un grupo internacional de investigadores, a revisar cómo se tiene en cuenta la justicia al tratar de la conservación. Los investigadores de la Universidad Estatal de Colorado y de las Universidades de Queensland, British Colombia y Nottingham, revisaron sus modos de expresión para poder llegar a tener una idea más precisa de cómo la investigación sobre conservación en todo el mundo, se ha aproximado a la justicia, especialmente al definirla, medirla y evaluarla. Conseguir un modo de hablar más exacto debería llevar a una mejor aplicación práctica.
Ha aumentado el número de estudios publicados que abordaron explícitamente el tema de la justicia social y la conservación. La mayoría de los 138 estudios, actualmente en revisión, se publicaron a partir de 2009. Lo que coincide con el aumento en los procesos de políticas internacionales como Objetivos de Desarrollo Sostenible, Emisiones Reducidas por Deforestación y Degradación de proyectos de carbono, y los Objetivos de Aichi para la Diversidad Biológica.
Más de una cuarta parte de los estudios se realizaron en el África subsahariana. Pero solo incluían a 11 de los 46 países de la región. La mitad se enfocó hacia zonas protegidas y un tercio a esquemas de medios de vida, como proyectos de ecoturismo. Un poco más del 50% se orientó a ecosistemas forestales y el 31% a pastizales. El único estudio urbano que se ubicó en el África subsahariana, fue el Área de Conservación de las Dunas de Macassar en Ciudad del Cabo.
Tipos de justicia
Los estudiosos describen tres tipos de justicia. El primero es la distribución de costos, responsabilidades, derechos y beneficios. Por ejemplo, un estudio en Nosy Be, Madagascar, analizó si las aldeas que circundan el parque nacional, se beneficiaron igualmente de los ingresos por ecoturismo y de las oportunidades de capacitación.
El segundo es el procedimiento mediante el cual se toman las decisiones y quién tiene voz. Un estudio en el Área de Conservación Marina de la Bahía de Chwaka en Zanzíbar, Tanzania, analizó la cantidad de aldeanos que pueden participar para determinar las restricciones de la captura de peces y el resarcimiento por el área de conservación.
En tercer lugar, es el reconocimiento: reconocimiento y respeto por las distintas identidades, historias, valores y puntos de vista. En un estudio sobre el pago por servicios ecosistémicos en Ruanda, los investigadores preguntaron a las personas locales si estaban satisfechas con la forma en que se aceptaron sus opiniones, conocimientos e identidades.
Estos tres aspectos de la equidad son puntos de partida útiles. Pero, para empezar, los estudios con frecuencia no definen bien la justicia. Deben ser más claros para poder monitorear y evaluar la justicia de las actividades de conservación. Pero también podrían ser más amplios y más holísticos.
Casi el 80% de las investigaciones sobre conservación en África subsahariana solo analizan el primer tipo de justicia: la distribución. Esto no es sorprendente, porque es relativamente fácil de medir como, por ejemplo, considerar lo que se ha ingresado. El procedimiento solo se analizó en un tercio de los estudios. El reconocimiento no se incluyó en absoluto en el 46% de los casos.
Finalmente, los investigadores con frecuencia estudian la conservación y la equidad, porque asumen que la justicia social conduce a la conservación. Pero eso no es cierto. Los estudios que combinan la justicia social y los datos ambientales son raros y es probable que existan concesiones. El resultado final: la conservación no siempre resulta justa. De hecho, la mayoría de los estudios informan sobre resultados de equidad negativos (44%) o mixtos (36%).
Por ejemplo, el estudio sobre ecoturismo en Nosy Be, mostró que la distribución de los beneficios difería según las características de la aldea. A veces no es sencillo. El estudio del Área de Conservación Marina de la Bahía de Chwaka mostró que las actividades de conservación podrían tener resultados ambientales positivos, pero resultados de justicia procesal negativos. Y, por supuesto, estas conclusiones están influenciadas por los antecedentes e ideologías de los investigadores. En el África subsahariana, el 41% de los estudios se realizaron sin instituciones en la región. El género fue relativamente equilibrado. El 54% de los estudios fue dirigido por mujeres.
Incluso, aunque hasta ahora haya habido deficiencias, se puede aprender mucho del trabajo realizado.
Lo que se puede aprender
Para estudiar y comprender el impacto de las actividades de conservación en la equidad social, es importante tener claridad sobre las definiciones.
Esto puede mejorar la evaluación de la justicia en contextos particulares. En última instancia, necesitamos aumentar la diversidad de los estudiosos africanos que lideran la investigación sobre conservación y equidad.
También hay una oportunidad considerable para examinar los efectos de la acción o las compensaciones de una acción determinada, y es necesario desentrañar y entender mejor las diferentes nociones de equidad.
Jessica Nosizwe P. R. Thorn, investigadora postdoctoral, del Departamento de Ciencias del Ecosistema y Sustentabilidad / Becaria de Mujeres Africanas en el Cambio Climático, Instituto Africano de Ciencias Matemáticas, de la Universidad Estatal de Colorado y Rachel Friedman, Candidata a PhD, Universidad de Queensland
Este artículo se ha publicado basándose en The Conversation, con licencia de Creative Commons.
21/11/2018 por Marc Léona
Foto:Flickr.com/tatogra
Traducido para AEFJN.-Madrid