1606 A la Orden del Día : Un barril de pólvora muy peligroso
En el marco de las actividades que han seguido a la conferencia de Nairobi sobre el acaparamiento de tierras, AEFJN ha concluido recientemente un acuerdo de partenariado con otras organizaciones religiosas y ONG, para organizar juntos una conferencia nacional en Nigeria y sensibilizar sobre las consecuencias potenciales del uso de organismos genéticamente modificados (OGM) sobre la soberanía alimentaria del país. La conferencia atrajo la atención sobre el importante impacto negativo que tendrán sobre la agricultura sostenible, el medioambiente, la salubridad de los alimentos, la bioseguridad y el efecto “contagio” sobre el resto de África. Fue también ocasión de sensibilizar sobre las lagunas de la ley recientemente adoptada sobre bioseguridad en Nigeria y su implicación para el país y el resto de África.
La reunión de organizaciones confesionales, agricultores y consumidores, universitarios, jóvenes y ONG, reunidos en Abuja, en Nigeria, para examinar las consecuencias críticas del uso de OGM, y para comprometerse en estrategias comunes de abogacía bajo la coordinación de la red África Fe y Justicia (AFJN) , de la conferencia de Obispos Católicos de Nigeria (RCCS), la Red AEFJN y la fundación “Salud de Nuestra Madre Tierra (HOMEF), fue la mejor manera de responder a la economía de la muerte sin vergüenza ni freno, con fines lucrativos, que han instaurado en África las sociedades transnacionales occidentales. Un proverbio africano dice que “cuando las arañas unen sus telas, pueden aprisionar a un león”.
En este contexto, AEFJN da la bienvenida a la reciente postura del parlamento de la UE que afirma que la agricultura industrial no ofrece una contribución real a la soberanía alimentaria de África. El Parlamento reconoce que la agricultura industrial en Europa ha sido, desde sus comienzos, un error monumental y que pone en cuestión las razones que empujan al G7 a hacer de ella la base de su programa de Seguridad Alimentaria para África. Un elemento a subrayar en la posición de los parlamentarios es su repulsa a los OMG y su demanda de que el G7 abandone sus vínculos con ellos. De igual manera, un voto previsto en la UE para renovar la aprobación del compuesto químico glicophosato de Monsanto se ha anulado por falta de apoyo de los gobiernos de Italia, Francia, Alemania (sede de la Bayer), y los Holanda. Vemos que estas acciones están de acuerdo con los principios fundamentales de inclusividad, equidad y durabilidad de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Al tiempo que nos alegramos de estas decisiones como desarrollos positivos, queremos atraer urgentemente la atención sobre los planes de fusión de Bayer con Monsanto, como una explotación enmascarada, un barril de pólvora peligrosísimo. Si su proyecto de fusión llega a buen término será catastrófico para la agricultura africana, que depende de las pequeñas explotaciones agrícolas, y para la soberanía alimentaria de África. Aportará, desde sus bases, una destrucción acrecentada de los ecosistemas, más acaparamiento de tierras y una escalada de conflictos comunitarios. Dará más impulso aún a las catástrofes en el Mediterráneo implicando más migraciones, porque tendremos una mega-corporación controlando la cadena de aprovisionamiento alimenticio en África y provocando la expulsión de millones de personas. Será un punto sin retorno hacia el neo-colonialismo ejercido por Europa mediante la utilización de la biotecnología occidental y hacia un régimen económico capitalista para controlar los recursos africanos. Esto se justifica porque ya ha perdido las ventajas tecnológicas por culpa de China y otros países asiáticos. Según afirmaba Kissinger “controlad la alimentación y controlareis al pueblo”. Por eso la seguridad alimentaria de África debe ser confiscada por la tecnología occidental, y así asegurar el acceso a las materias primas a bajo precio.
AEFJN está convencida de que la soberanía alimentaria de África reside en las inversiones intensivas en agricultura sostenible y en la agro-ecología, la autonomización de las pequeñas explotaciones agrícolas, contar con infraestructuras rurales y el apoyo de los gobiernos nacionales africanos a las agro-industrias para la transformación de los alimentos y su conservación. Esto explica nuestro shook al conocer la ley nigeriana sobre bioseguridad que se acaba de adoptar. Lejos de ser una “receta” para la mejora de Nigeria mediante las biotecnologías de sociedades de agro-industria, la ley de Nigeria sobre la bioseguridad no responde a una norma internacional mínimamente aceptable establecida según los principios de precaución en la Convención Africana sobre diversidad biológica de la que el país forma parte. De la misma manera, los protocolos de las Naciones Unidas sobre las consideraciones socio-económicas (art.26) como elemento clave en las negociaciones sobre la bioseguridad y los procesos de toma de decisiones, han sido completamente relegados. Juzgamos que la ley sabotea gravemente la integración continental y regional africana, los derechos humanos de los nigerianos y la soberanía alimentaria del país. Apelamos inequívocamente al gobierno nacional de Nigeria para que abrogue esta ley. ¿Es que lo que no es bueno en Europa se convierte en bueno en cuanto llega a África? Aún estamos queriendo comprender las razones por las que el gobierno de Nigeria y otros gobiernos nacionales africanos acogen esta “ciencia de la muerte”, ya prohibida en Europa, a no ser por el enriquecimiento corrompido de sus elites políticas centradas sobre ellos mismos.
Chika Onyejiuwa, CSSp
Secretario Ejecutivo