Declaración de Nairobi sobre Acaparamiento de tierras y Gobernanza justa en África Nairobi de 2015

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Nosotros, los participantes en la Conferencia de Nairobi sobre “Acaparamiento de Tierras y justa gobernanza en África”, llegados de unas 100 instituciones de diferentes tradiciones y creencias de África, Europa y América, nos reunimos en Limuru (Kenya) del 22 al 26 de Noviembre 2015. Este encuentro ha tenido lugar pocos días antes de la visita del Papa Francisco, y todos nos sentimos apoyados y movilizados por su valiente toma de postura contra el acaparamiento de tierras, cuando amonestó:” El monopolio de tierras cultivables por parte de empresas transnacionales y estados no sólo priva a los granjeros de bienes esenciales, sino que afecta directamente a la soberanía de los pueblos.”

Reconocemos que

el acaparamiento de tierras, con todos los aspectos estructurales que conlleva, y la justa gobernanza, nos obliga a caminar juntos desde las raíces del problema hasta el nivel global. Desde una perspectiva africana, la tierra es algo sagrado y reconocemos que una parte importante del futuro radica en nuestra capacidad de regenerar nuestras conexiones profundas como africanos con nuestra tierra.

Reclamamos el discurso sobre las premisas de la tierra. Ya está bien de que los inversores y los gobiernos presuman de hablar en favor de la población, y es hora de que asumamos que todos tienen algo que ganar con el acaparamiento de tierras.

África es el mayor objetivo de los acaparamientos de tierra en todo el mundo, y nuestra principal preocupación gravita sobre el flagelo que supone el acaparamiento de las tierras y su impacto sobre la seguridad alimentaria y la soberanía de las estados africanos. Nos llama la atención que las multinacionales extranjeras son el mayor catalizador en esta vergonzosa adquisición masiva de buenas tierras que está desgarrando África y privando a las futuras generaciones de sus medios de vida y de su identidad. La mayor parte de la tierra que se les está vendiendo se usa para producir bienes para la exportación, no comida precisamente, sino minerales y materias primas para industrias extranjeras y para desarrollar infraestructuras. También somos conscientes de que gobiernos e instituciones financieras locales juegan un rol importante en estos fenómenos.

Actualmente políticas públicas y estructuras formadas por gobiernos africanos y los grandes poderes mundiales (G8, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio etc) facilitan directa o indirectamente estas masivas adquisiciones de tierra que explotan los recursos de la tierra de una forma insostenible. La narrativa dominante sobre cómo afrontar los desafíos de nuestro tiempo: cambio climático, pobreza, seguridad alimentaria, no es sabia.

A lo largo de la conferencia hemos tenido la oportunidad de construir, ladrillo a ladrillo, cual es nuestra visión de una vida satisfactoria. Estamos buscando marcos que permitan:

  • Que los granjeros recuperen el control sobre sus tierras, semillas y otros recursos naturales de forma que puedan alimentar a sus familias, sus comunidades, y en última instancia también al mundo.

  • La plena realización del derecho a la alimentación como parte indivisible de los derechos humanos.

  • Apoyar las inversiones realizadas por las granjas familiares de forma que les permita a su vez invertir en otro niveles de la cadena alimentaria (Stoks, transformación, distribución)

  • Aumentar la resiliencia de las comunidades rurales y evitar el éxodo rural

  • Garantizar la igualdad de género y permitir oportunidades a los jóvenes

Mientras reconocemos la necesidad de asumir nuestra responsabilidad en estos hechos como líderes locales, culturales y también jefes espirituales tradicionales junto con las iglesias, apelamos a los jóvenes, a los que toman las decisiones, a los individuos y a las organizaciones de la sociedad civil para que hagan los mayores esfuerzos para conseguir esta visión mediante la organización de las comunidades, despertar la consciencia, movilizaciones no violentas y cualquier otro medio a nuestro alcance.

También apelamos a los que deciden:

  • Que sitúen a las personas en el corazón de las políticas que les impactan, y que las incluyan en los procesos de toma de decisiones.

  • Que gobiernen responsablemente la tierra africana y sus recursos, de modo que las futuras generaciones puedan gozar de los frutos de la tierra

  • Detener todas las formas de adquisiciones dañinas de tierras que tengan un impacto negativo en la seguridad alimentaria, los medios de vida de la gente y el medioambiente.

  • Pleno apoyo al trabajo del grupo intergubernamental de la ONU sobre tratados legalmente vinculantes para las corporaciones transnacionales, negocios y derechos humanos. Mientras tanto los gobiernos deben hacer responsables a las compañías de los abusos a los derechos humanos, impago de tasas, evasión de impuestos y cualquier falta de respeto hacia el trabajo y las leyes medioambientales.

  • Reforzar la autonomía de África respecto a su propio desarrollo, sin someterla a agendas internacionales de provecho a corto plazo.

Queremos subrayar que muchos elementos que ayudarían a cumplir estos objetivos están ya incluidos en las leyes existentes, y que el primer paso es reforzar su implementación. Mientras apelamos a los distintos actores, nosotros, los participantes en la conferencia de Nairobi, nos comprometemos a trabajar por un positivo cambio de mentalidad.